Convocatoria revista Historia Y MEMORIA
Número 13
Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia-UPTC
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Dossier:
Libros,
lecturas y lectores en Colombia y en América latina.
Invitamos a presentar artículos que sean resultado de
investigaciones en aspectos relacionados con la historia del libro, de la
lectura, de los procesos de producción, circulación y consumo de impresos,
tanto en momentos de la historia de Colombia como de cualquiera otro lugar de
América latina. Queremos contribuir al diálogo entre las diversas tradiciones
historiográficas que han avanzado en historias de la lectura, del libro; en
biografías de libreros e impresores, figuras sociales centrales en los procesos
de consolidación comercial y técnica del mundo de los impresos; en la
definición de categorías como “literato”, “publicista”, “periodista” y “escritor”.
Investigar y escribir acerca de libros, lecturas y lectores
entraña, como dijera un connotado especialista, examinar un proceso de
comunicación que incluye autores, editores, impresores, libreros y lectores.
Implica, además, tratar de comprender cómo las ideas han circulado mediante los
formatos impresos y cómo han incidido en las creencias, los comportamientos y
el pensamiento. América latina ha tenido su particular vínculo con la cultura
letrada y con el universo adyacente de la imprenta; las bibliotecas privadas y
las bibliotecas aupadas por los incipientes Estados indicaron, en su momento,
la conexión con redes transnacionales de conocimiento, vínculos entre
comunidades científicas, la pertenencia a regímenes discursivos que fueron
dominantes o, por contraste, disidentes y hasta marginales. El libro, como
objeto, pasó de ser un elemento suntuoso que señalaba una distinción cultural a
ser un elemento de consumo masivo e instrumento de masificación simbólica a
nombre del Estado; fue vehículo de mensajes sagrados y de mensajes profanos,
pero sobre todo fue signo de las tensiones entre exclusión y democratización,
entre dogmatismo y secularización.
Quién leía qué, cómo y por qué son preguntas que rigen, en lo
básico, los estudios sobre el universo o el mercado de lectores. Universo
sometido a los procesos de cambio social, político y económico. La expansión de
la cultura impresa introdujo nuevas relaciones con los opúsculos, los
periódicos y los libros. Las estrategias mercantiles para cautivar un público,
la existencia de una comunidad lectora más o menos permanente y en continua
expansión sirvió de cimiento, sobre todo a partir de 1810, a lo que suele
llamarse la opinión pública o, sin ánimo de jugar con las palabras, el público
de la opinión. Las mutaciones en los sentimientos, en la sensibilidad están
conectadas con las formas colectivas, individuales o íntimas de lectura.
El acceso a la cultura letrada puede tomarse como una
adquisición de una capacidad que permitió el disfrute de determinados bienes
simbólicos, pero también puede entenderse como una enajenación cultural, como
el abandono de tradiciones culturales no basadas en la lecto-escritura. Esa
discusión permanece y tiene varias vertientes en la interpretación. Las ideas
de nación, en el ámbito latinoamericano, están teñidas de procesos de
lecto-escritura aupados por el Estado mediante sistemas escolares; las gentes
letradas fueron las principales beneficiarias de la participación política; las
fronteras entre civilización y barbarie estuvieron definidas, principalmente,
por la capacidad de leer y escribir. En fin, problemas varios que demuestran
que la historia de la lectura no está ceñida del todo a alguna forma de
historia cultural, sino que hace intervenir muy fuertemente a las historias
social y política.
Recibiremos artículos hasta el 30 de octubre de 2015; para consultar las normas de presentación y envíos, las direcciones siguientes:
http://revistas.uptc.edu.co/revistas/index.php/historia_memoria
http://revistas.uptc.edu.co/revistas/index.php/historia_memoria
historiaymemoria@uptc.edu.co
soporte.historiaymemoria@uptc.edu.co
Gilberto
Loaiza Cano, coordinador del dossier.
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