Hoja suelta de opinión del profesor Gilberto Loaiza Cano. Licenciado en Filología, Master en Historia y Doctor en Sociología. Profesor titular del Departamento de Filosofía, Universidad del Valle. Premio Ciencias Sociales y Humanas, Fundación Alejandro Ángel Escobar, 2012. Línea de investigación: Historia intelectual de Colombia.

lunes, 7 de octubre de 2024

Pintado en la Pared No. 327

 Preguntas y respuestas sobre la Historia Intelectual en América latina

Primera pregunta:

Desde su experiencia, ¿cuáles han sido las principales características de la Historia Intelectual en América latina?

Respuesta:

La pregunta pide situarme en “mi experiencia” y eso ya es una determinación auto-biográfica acerca de lo que puedo responder. La apelación a “mi experiencia” obliga a recordar y a hacer un relato que explique esa particular y quizás muy limitada experiencia personal; quizás “mi experiencia” sirva para ayudar a entender la historia intelectual como un hecho cognoscitivo colectivo producido desde muy diversos orígenes, desde muy diversas formaciones académicas y según conversaciones con autores y obras que nos llevaron por senderos muy diferentes cuya convergencia en un rótulo –la Historia Intelectual (HI)- tratamos de entender ahora.  

Según “mi experiencia”, la historia intelectual es una denominación tardía para algo que veníamos haciendo desde antes. He dicho en otra parte que yo pertenezco a la etapa salvaje de la historia intelectual en América latina, cuando lo que hacíamos no estaba inscrito en ese rótulo. Yo tomé conciencia de hacer investigación dentro de la historia intelectual cuando ya había publicado mis dos biografías (1994 y 2004) y cuando ya había culminado mi tesis doctoral que fue un estudio que mezcló la historia social con la historia cultural de la política; eso me sitúa en 2006. De modo que puede pensarse, de un modo muy contradictorio, que yo comencé muy temprano en la historia intelectual, pero supe muy tarde que aquello que había hecho era historia intelectual. Anduve mucho tiempo en un terreno sin asfalto, sin señales, sin anuncios en la carretera y luego me sentí en medio de una autopista con colegas, vigilantes, jueces, prohibiciones, licencias, autorizaciones. La sensación más plena de pertenencia a un campo de investigación llamado historia intelectual fue, para mí, el congreso de Medellín, en 2011.

Para ir precisando: la HI en América latina la percibo, según mi experiencia, como un campo de estudios de reciente institucionalización que reúne trayectorias muy diversas en preguntas, en objetos, en métodos, en resultados. Sin embargo, con elementos de confluencia que han ido depurándose a medida que esa institucionalización de una comunidad de oficiantes ha ido ganando consistencia. Quizás el primer rasgo común es que esa comunidad reúne a todos aquellos que hemos estudiado lo intelectual, tanto en la forma sustantiva como adjetiva. La HI reúne en América a aquellos que estudiamos intelectuales y los hechos y productos intelectuales. Estudiamos al intelectual como agente social y estudiamos las creaciones intelectuales.

Pero esa experiencia propia puede señalar algunas particularidades que no es fácil colocarlas en el gran paraguas de la Historia Intelectual. Me explico, mi estudio biográfico de Manuel Ancízar fue, en buena medida, la biografía intelectual de un político del siglo XIX y sirvió para comprender el vínculo indisoluble que hubo, en nuestra vida pública, entre saber y poder, entre el conocimiento y la acción política. Por eso he podido hablar de aquellos políticos profesionales del siglo XIX como unos políticos letrados, detentadores tanto del control del Estado como de la producción y circulación de conocimiento. Cuando hacemos historia del pensamiento o historia de la filosofía del siglo XIX, por ejemplo, tenemos que acudir a individuos que fueron, al tiempo, profesores universitarios, ministros, militares, periodistas. Sin embargo, creo que el hallazgo de esos individuos con esos rasgos no es resultado de un ejercicio de HI tal vez hay mucho de una socio-historia del poder, de un análisis del proceso de formación de una élite de la política y de la cultura que tuvo una fuerte incidencia en la formación del Estado y en los proyectos de nación en el largo siglo XIX y en parte del siglo XX.

Ahora bien, si miro lo que se ha venido produciendo en América latina bajo el rótulo de la Historia Intelectual tengo que admitir que se trata de un campo de conocimiento muy expansivo que incluye objetos diferentes pero contiguos: los intelectuales; las vidas de los intelectuales; las creaciones intelectuales; el libro, la lectura, la prensa, la opinión pública; que conecta y quizás confunde áreas historiográficas: historia conceptual, historia del pensamiento, historia de la filosofía; historia de la ciencia, historia de las disciplinas. Eso puede hacer pensar que la HI es un rótulo institucional que reúne procesos de formación, métodos de investigación, enfoques muy diferentes dentro de las ciencias humanas y, sobre todo, que han puesto a la ciencia histórica a pensar sus fronteras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores