Servicio de salud y representación profesoral
en la Universidad del Valle
¿Qué podemos
hacer con el servicio de salud de la Universidad del Valle? Desde 2021 se ha vuelto
demasiado evidente su deterioro. Los directivos no ofrecen explicaciones ni han
lanzado advertencias que nos permitan establecer qué ha venido sucediendo con
ese servicio en el último lustro. Peor aún, nuestros representantes
profesorales tampoco nos proporcionan información suficiente que nos permita
establecer un diagnóstico e intuir siquiera cuál es el horizonte inmediato de
ese servicio. Claro, estamos en una coyuntura muy compleja y confusa del
sistema de salud en Colombia, pero el deterioro de nuestro servicio de salud en
Univalle es anterior a esa coyuntura y contiene especificidades que no se
explican ni justifican según los vaivenes más recientes en las políticas de
salud.
Desde
2021 se hizo evidente que los convenios y contratos con IPS y con médicos
especialistas cambiaron de modo abrupto, sin información previa a los afiliados
que estaban acostumbrados a ser atendidos desde hace mucho tiempo por un grupo
muy definido de especialistas. A ese cambio inexplicable e inexplicado se sumó
una rigidez administrativa que pone trabas para trámites que antes eran mucho
más expeditos; por ejemplo, ahora los afiliados estamos obligados a esperar que
la dirección del servicio de salud contrate a una especialista en fisiatría, y
estamos obligados a que nos adjudiquen cita solamente con esa especialista. Una
primera cita, una segunda cita de control y un diagnóstico en esas
circunstancias pueden tardar más de tres meses.
Desde
2021 se ha vuelto más frecuente que los afiliados tengamos que pagar de nuestro
propio bolsillo cirugías de urgencia y luego solicitar reembolso cuyo
porcentaje es considerablemente bajo con respecto a la totalidad de la suma que
los afiliados tuvimos que pagar forzosamente. Desde ese año, determinadas pruebas
diagnósticas han sido contratadas con clínicas cuyos laboratorios no cumplen
con los protocolos básicos de atención al paciente. Desde el año 2021 hay un
personal administrativo muy mediocre que, en vez de garantizar un mejor
servicio para los usuarios, es otra talanquera para acceder a una cita con
médico general o con un médico especialista.
Agreguemos
que se trata de un servicio que no tiene cobertura nacional. Es insólito que nuestro
servicio de salud no pueda garantizarnos una atención adecuada siquiera en la
ciudad de Cali. ¿Por qué no hay un vínculo de nuestro servicio de salud con los
mejores especialistas y clínicas de esta ciudad? Ni se diga de las dificultades
que tenemos y tendremos si nos trasladamos a otros lugares de Colombia.
Ante
este creciente declive del servicio de salud ha hecho mucha falta una actividad
fiscalizadora de nuestra representación profesoral. Es indispensable que
sepamos de primera mano qué está sucediendo con la gestión y las finanzas del
servicio de salud de la Universidad del Valle, porque los informes que aparecen
en la página oficial de la Universidad del Valle son superficiales y no ayudan
a brindarnos un retrato fidedigno de la situación del servicio. Ojalá las
últimas elecciones de representantes profesorales sirvan para un remozamiento
de quienes han escogido la difícil tarea de ser intermediarios de la comunidad
profesoral ante los órganos de poder de la universidad. Las universidades
públicas colombianas necesitan una representación profesoral que genere
confianza.
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